martes, 17 de junio de 2014

Cuando Ética y Gestión de Riesgos no quieren ir de la mano

Ética. Muchos la pronuncian, pocos la practican y el resto la ignora. Lleva más de una relación resquebrajada en diferentes disciplinas. Uno de de sus tantos intentos de unión es con la Gestión de Riesgos y más aun si se trata de riesgos financieros.
Las cusas de la crisis de financiera en las instituciones del país se han venido aclarando en temas administrativos y financieros, pero ciertamente también tiene naturaleza ética. El fraude interno es una de las variedades más conocidas del llamado riesgo operacional, que es definido en el acuerdo internacional Basilea II, aplicable a los bancos y otras instituciones financieras similares, como “la posibilidad de ocurrencia de pérdidas debido a procesos inadecuados, fallas del personal o de la tecnología de información o a eventos externos”; es una definición general que puede aplicarse también fuera del sector financiero.

Si se produce un fraude interno, el factor decisivo es la carencia de principios éticos de la persona que lo realiza, ya que es la antesala de los movimientos irregulares y posibles rupturas financieras de las instituciones. Es por ello que en los principios de buen gobierno corporativo y de buena gestión del personal se insiste mucho en la idea de que los directivos y personal restante no presenten debilidades al respecto.
El principal problema radica en la supuesta obtención de buenos resultados, los máximos dirigentes abren demasiado su tolerancia con ciertas conductas antiéticas de sus ejecutivos, que finalmente terminan siendo cómplices de las ideas y prácticas fraudulentas de estos empleados.
Y esta vez le tocó a la Caja Metropolitana de Lima, que aprobó la contratación del ciudadano chileno Andrés Muñoz Ramírez como consultor, amigo del actual gerente municipal y presidente del directorio de la entidad, José Miguel Castro. Uno de los informes que sustentaron el ingreso de Muñoz fue firmado por Ángel Calderón Rojas, en calidad de gerente de Riesgo. Sin embargo, Calderón entraría a laborar a la caja 25 días después de esa rúbrica.
Esta es una de las irregularidades reveladas por el Órgano de Control Institucional (OCI) de la caja. Ambos al ser funcionarios genera un ambiente de descontrol, desgobierno y ausencia de rendición de cuentas transparentes.
Y ¿cuál fue el costo?, más de 60 millones de soles en pérdida de patrimonio en diferentes movimientos, pagos y demás  reembolsos disfrazados en forma de causa benéfica.
Ello hace notar las serias debilidades institucionales, que pueden hacer caer en la tentación de la impunidad; pero es un error creer que eso siempre funciona. Hay una clara falta de ética, Como consultor el señor Muñoz, debió defender los intereses de la caja y no beneficiarse él.

Más vale hacerse preguntas sobre si algo está bien o está mal y no sólo si es “legal”, incentivar  el debate interno, pues también puede haber casos poco obvios a primera vista, que lamentarse después. Eso es también parte de una buena gestión de riesgos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario